SOLICITA TU CITA POR WHATSAPP     •     PRIMERA CONSULTA DE PSICOLOGÍA GRATUITA     •     SOLICITA TU CITA POR WHATSAPP     •     PRIMERA CONSULTA DE PSICOLOGÍA GRATUITA

Reconecta con tu niño interior.

Una invitación a sanar, comprenderte y vivir con más libertad emocional.

Dentro de cada uno de nosotros vive un niño o una niña que todavía espera ser visto, escuchado y abrazado. Ese niño interior guarda alegrías y curiosidades, pero también emociones no atendidas, necesidades no satisfechas y heridas que fueron moldeando la manera en que hoy sentimos, pensamos y nos relacionamos con el mundo.

Para muchos, la infancia no siempre fue un espacio seguro. Algunos crecimos creyendo que no éramos suficientes; que expresar emociones era “demasiado”, “incorrecto” o simplemente “molesto”. Aprendimos a minimizar lo que sentíamos para encajar o evitar conflictos. Otros crecimos con mensajes sutiles (o no tan sutiles) que nos hicieron pensar que nuestros deseos no importaban, que había que callar, obedecer y seguir adelante sin preguntar demasiado.

Estas experiencias dejan huellas:

  • Una autoestima frágil,
  • Miedo a mostrarnos vulnerables,
  • Dificultad para confiar plenamente,
  • Autoexigencia extrema,
  • Necesidad constante de aprobación externa.

La humillación silenciosa, el rechazo, la traición emocional, la crítica constante o la ausencia de apoyo afectivo dejan marcas profundas que seguimos cargando en la adultez. A veces nos descubrimos repitiendo patrones que no entendemos, reaccionando con intensidad, evitando el conflicto o sintiendo un vacío que no se llena con nada. No es casualidad: es el niño interior pidiendo atención.

Mirar hacia adentro también es un acto de valentía.

Reconectar con nuestro niño interior no significa culpar a nuestros padres, juzgar el pasado o revivir el dolor sin sentido. Significa permitirnos reconocer lo que nos faltó, lo que dolió, lo que nos marcó… y comenzar a sanar.

Muchas veces no lo hacemos por lealtad familiar, miedo a remover recuerdos o evitación del dolor. Pero negar estas heridas no las hace desaparecer; solo las esconde bajo capas de autoexigencia, miedo, sobreprotección o autosabotaje.

Sanar implica observar esas heridas con compasión y decirle a ese niño interno:

  • “Te veo.”
  • “Te abrazo.”
  • “Eres suficiente tal como eres.”
  • “Está bien pedir lo que necesitas.”
  • “No tienes que ser perfecto para que te quieran.”

Estas palabras, repetidas con sinceridad, comienzan a reprogramar patrones que se formaron hace décadas.

¿Por qué es tan importante sanar al niño interior?

Porque la forma en que cuidamos a ese niño interno determina cómo gestionamos nuestras emociones, cómo nos vinculamos con los demás y cómo nos tratamos a nosotros mismos.

Sanarlo permite:

  • Construir una autoestima más sólida,
  • Relacionarnos desde la libertad y no desde el miedo,
  • Dejar de repetir vínculos dañinos,
  • Expresar emociones sin culpa,
  • Poner límites sin miedo al rechazo,
  • Vivir con mayor autenticidad y paz interna.

Sanar al niño interior no borra la historia, pero transforma profundamente la manera en que vivimos hoy. Nos permite soltar cargas antiguas y caminar con mayor liviandad emocional.

Un acto profundo de amor propio

Abrir este espacio interno es un gesto de valentía, madurez y amor. Es mirarte con compasión y dejar que la parte más tierna, sensible y auténtica de ti pueda sentirse segura nuevamente.

Si estás en ese camino —o si querés comenzarlo—, recordá esto: no estás solo, no estás sola. Sanar es posible, y siempre es más fácil cuando se hace acompañado.

En Clínica Creer es Crear te ofrecemos un espacio seguro, profesional y humano para explorar estas heridas, comprenderlas y transformarlas en crecimiento, fortaleza y libertad emocional.

Sonia Chamorro
Acompañamiento transpersonal

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Llamar ahora